La ganadería extensiva es el sistema predominante en las áreas rurales del departamento de Guaviare. El número de fincas que se dedican a esa actividad representa cerca del 70% de la superficie total de predios productivos del territorio, generando una alta presión sobre los recursos naturales. En concreto, el pisoteo de los hatos ganaderos degrada los suelos y reduce su fertilidad, generando una demanda creciente de superficie para la producción y, por ende, la aceleración de la deforestación. Adicionalmente, la baja fertilidad de los suelos en explotación extensiva disminuye la calidad nutricional de los forrajes y el rendimiento y rentabilidad del sistema productivo.
En este contexto, el proyecto ‘Caminemos Territorios Sostenibles’ inició en 2019 un ejercicio de planificación predial sostenible en 400 fincas de los municipios de San José del Guaviare, El Retorno y Calamar, 273 de ellas bajo un modelo ganadero extensivo que ocupaba alrededor del 64% de la superficie de las fincas (valores promedio de 42,5 Ha sobre 66,9 Ha de superficie total). Junto con las familias beneficiarias se definieron las áreas a destinar para reconvertir el sistema extensivo en un modelo silvopastoril, el área de bosque que la familia se comprometía a conservar mediante la firma de un acuerdo expreso, y la zona destinada a restauración de ecosistemas (en promedio 1,5 ha por finca, generalmente ubicadas en las cuencas hídricas). El proyecto acompañó técnica y financieramente a esas familias en la implementación de la planificación realizada, dotándolas de equipos y material vegetal para las cercas vivas y actividades de restauración, monitoreando regularmente los avances productivos y ambientales mediante visitas, y realizando actividades de fortalecimiento de capacidades; en conjunto, esto supuso una inversión de hasta 12 millones COP en cada finca.
“En mi finca era un solo potrero grande, el ganado lo que hacía era desperdiciar el pasto porque no se lo comía, sino que solo lo pisoteaba. Ahora cuando ponemos el ganado en nuestro potrerito pues al día siguiente se pasa al otro y ya tiene comida fresca”, señala una beneficiaria de San José del Guaviare.
Tres años después de la puesta en marcha de la intervención, y a partir de un análisis en profundidad realizado en 76 predios ganaderos con reconversión exitosa hacia un sistema silvopastoril, se evidencia que gracias al sistema de rotación de potreros y a los bancos de forraje implementados, se ha mejorado la calidad de los suelos y se ha incrementado el rendimiento. Se ha logrado sostener dos vacas con sus crías en una hectárea, cuando en los sistemas extensivos de Guaviare el promedio es una vaca con sus crías en dos hectáreas, y la producción de leche ha ascendido a 3 litros diarios por animal, frente a los 2 litros del sistema extensivo. Las crías alcanzan actualmente un aumento de peso de 220 kg al año por animal y hectárea, cuando en los sistemas extensivos el promedio es una ganancia anual de 110 kg. Estos efectos son reconocidos por las familias beneficiarias, tal como indica un campesino de El Retorno:
“Me di cuenta de que la adición de potreros era excelente y las plantaciones mixtas para los bancos forrajeros tienen muchos más nutrientes, y con eso tengo un mejor desempeño. Estoy dando a mis hijos el ejemplo en el buen manejo de la finca y la protección del medio ambiente”.
En términos económicos, el sistema silvopastoril supone un incremento significativo de los ingresos. En las 76 fincas analizadas los ingresos han pasado de un promedio de 1.088.473 COP anual por hectárea a 2.740.950 COP, y el 70% de todas las fincas ganaderas beneficiarias del proyecto declaran haber mejorado sus ingresos gracias a la reconversión de sus sistemas de producción; asimismo, se mejoró la resiliencia productiva y económica al cambio climático pues la restauración de ecosistemas y cuencas hídricas ha favorecido una constancia en los ingresos en las temporadas de fuertes lluvias y de sequía. Respecto a los cambios en términos de superficie dedicada al modelo silvopastoril, la medición final en 267 fincas evidencia que las familias beneficiarias han ampliado de manera autónoma la superficie bajo dicho modelo, pasando de las 3 Ha apoyadas en el marco del proyecto, a un promedio de 6 Ha por familia. Adicionalmente, cada sistema cuenta con una división promedio de 8,6 potreros, y el 70% de las fincas monitoreadas ha logrado poner en marcha potreros inferiores a una hectárea, evidenciándose una sólida apropiación técnica del modelo de rotación de potreros y una tendencia al abandono del modelo extensivo en las fincas beneficiarias.
“Hoy en día pues estamos sembrando árboles en los potreros. Y eso lo voy a disfrutar yo y también mis niños. Vienen generaciones y generaciones, lo más importante es arrancar ¿Qué mejor es pensar en el mañana y no en el día en el cual estamos viviendo? Porque eso de la ganadería extensiva no da resultado. Pero este sistema silvopastoril acomoda mucho. Hay algunos que me han dicho que estoy loco, pero no. Experimenta uno mismo y mira los resultados, yo los vi muy rápidamente”, explica un beneficiario del municipio de El Retorno.
El monitoreo de los acuerdos de conservación firmados por familias involucradas en la planificación predial muestra el efecto positivo de esta iniciativa sobre la deforestación en sus fincas. En 2018, antes de la intervención, 124 predios ganaderos beneficiarios habían deforestado un promedio de 3,9 Ha en cada finca; en 2021, después de la firma de los acuerdos y de la mejora de los sistemas productivos, 91 predios deforestaron en promedio de 1,7 Ha, disminuyendo el ritmo de deforestación intra-predial en un 72 %. Entre 2021 y 2022, periodo de finalización de las actividades de planificación predial, se habían conservado intactas el 98,2% de las superficies bajo acuerdos de conservación representando 6.510,6 Ha de bosque.
La experiencia del proyecto ‘Caminemos Territorios Sostenibles’ ha demostrado que la reconversión de los sistemas de ganadería extensiva a modelos silvopastoriles es beneficiosa en términos de productividad y rentabilidad, y contribuye a disminuir de manera significativa la presión sobre los recursos naturales.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 4 del Fondo Europeo para la Paz: Productividad Sostenible e Incluyente, fue publicada en el XVI Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (octubre – diciembre de 2022), y refleja algunos de los logros del proyecto Caminemos Territorios Sostenibles para la Paz, ejecutado por ONF Internacional, en consorcio con Alquería, Fundación Éxito, Acción Contra el Hambre y la Gobernación del Guaviare. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 150 municipios del país.