En las zonas rurales del departamento del Meta prevalecen modelos de producción extractivista, de ganadería extensiva y de cultivos ilícitos, asociados a una situación de alta inseguridad para la población campesina. Adicionalmente, el alto valor del jornal pagado en el marco del cultivo de la coca ha disminuido su interés en los cultivos de autoconsumo en particular. Y la situación de inflación sobre los productos alimenticios que se ha producido en Colombia, propicia una alta vulnerabilidad de las poblaciones rurales en términos de seguridad alimentaria.
Respetando los lineamientos del Plan Integral de Manejo Ambiental del Distrito de Manejo Integrado Macarena Norte sobre regulación del uso y manejo de recursos naturales y actividades económicas, el proyecto Macarena Sostenible con más Capacidad para la Paz – Mascapaz identificó la piscicultura como un sistema productivo de rápido retorno sobre la inversión, y con fuerte potencial para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los hogares en términos de seguridad alimentaria y económica. El proyecto inició sus actividades de apoyo a los sistemas de producción piscícola en 2018, seleccionando 20 familias productoras en los cuatro municipios de intervención (Vista Hermosa, Mesetas, Puerto Rico y San Juan de Arama), trece de ellas con jefatura femenina. Se suministraron insumos y herramientas para la adecuación de los estanques, y 250 plántulas de guayaba por finca para elaborar alimentos y así disminuir los costos de producción. Se proporcionaron también dos siembras de 1.000 alevinos de cachamas por familia, con una periodicidad semestral y un acompañamiento permanente en términos de buenas prácticas técnico-productivas, manejo financiero de la producción y manejo sostenible del agua, incluyendo asistencia técnica, capacitaciones e intercambios de experiencias. En total, las inversiones del proyecto Mascapaz alcanzaron 14.000.000 COP por familia beneficiaria.
Las veinte familias han culminado el segundo ciclo de producción de las cachamas al inicio de 2022, y están arrancando con el tercer ciclo de manera autónoma, pudiéndose observar los primeros efectos en términos de mejoramiento de la seguridad alimentaria de las familias involucradas e, indirectamente, de las familias vecinas. El consumo de cachama ha mitigado el impacto sobre el aporte en proteína de la dieta que hubiera podido tener la alta inflación de los productos alimenticios “Con el precio de la carne que es tan alto ahora, ya no podemos comprarla. Ahora la reemplazamos por los pescaditos, salimos adelante con mi familia (…) los vendemos a los vecinos, que aprovechan también”, explica una beneficiaria del municipio de Puerto Rico. Adicionalmente, la producción de cachamas en tanques de agua limpia ha mejorado la calidad de los peces consumidos localmente, pues las actividades de minería presentes en el territorio contaminan con mercurio los ríos y, en consecuencia, los recursos piscícolas naturales.
Antes de recibir el apoyo y acompañamiento del proyecto, la gran mayoría de estas familias destinaban la producción únicamente al autoconsumo, pues el volumen no posibilitaba la generación de excedentes. En términos económicos, el mejoramiento de las prácticas productivas ha situado la tasa de mortalidad de alevines por debajo del 30%, frente al casi 50% que presentaban al inicio de la intervención, derivando en un aumento del volumen producido y de los ingresos económicos netos, que oscilan entre 490.000 COP y 1.000.000 COP por ciclo productivo para doce familias y superan 1.000.000 COP en otras cinco. La diferencia de ingresos entre las familias depende principalmente del volumen dedicado al autoconsumo; algunas consumen una parte importante de la producción y otras venden la mayor parte de las cachamas. Las familias invierten sus ganancias en el bienestar de sus hogares, en el mejoramiento de sus sistemas acuícolas o, en algunos casos, también en el fortalecimiento de otros emprendimientos económicos que han puesto en marcha.
“De las dos primeras ventas, ahorre para ampliar el tanque para que alcance 4.000 pescaditos en total. Me valió 5.000.000 pesos la ampliación, que saque de las ventas de los dos primeros ciclos de producción. Me toco poner algo mío, pero poquito, más o menos 500.000 pesos”, comenta un beneficiario del municipio de San Juan de Arama. “Con la ganancia de la primera siembra de cachamas, invertimos en nuestro emprendimiento turístico, con la construcción de un salón de eventos en nuestra finca. (…) Ofrecemos alojamiento rural y almuerzos con las cachamas, eso le da mayor valor agregado al sitio”, explica una beneficiaria del municipio de Mesetas.
Por otro lado, las familias beneficiarias se han convertido en puntos focales para la réplica del modelo productivo acuícola en sus comunidades y para el intercambio de buenas prácticas productivas, propiciando la consolidación de un grupo gremial de piscicultura en el municipio de Mesetas.
Con esta iniciativa se está contribuyendo a mejorar la resiliencia alimentaria y también los ingresos de las familias a partir de la venta de excedentes. A futuro se espera un incremento de las ganancias, al utilizar la producción de guayaba como componente del alimento para los peces, lo cual repercutirá en una disminución significativa del costo de producción y una mayor rentabilidad del sistema.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 4 del Fondo Europeo para la Paz: Productividad sostenible e incluyente, fue publicada en el XIII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (enero – marzo de 2022), y refleja algunos de los logros del proyecto Mascapaz, ejecutado por el Instituto SINCHI, en consorcio con la Agencia de Infraestructura del Meta, CORDEPAZ, CORMACARENA y CORPOAMEM. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 148 municipios del país.