Las barreras que tradicionalmente enfrentan las mujeres para acceder a oportunidades económicas, suelen acentuarse en zonas rurales dispersas, más aún en comunidades indígenas distanciadas territorialmente y con poca participación en las economías locales. En Putumayo un grupo de mujeres indígenas del pueblo Inga, que elaboran artesanías como práctica cultural, iniciaron en el año 2005 la comercialización de sus productos (manillas, collares, aretes, mochilas y vestidos), conformando la asociación de artesanas Iuai Wasi (Casa de los Pensamientos), a raíz de su participación en el programa gubernamental Familias Guardabosques.
En su trayectoria de más de quince años han logrado establecer alianzas comerciales con diseñadoras y marcas de prestigio como Artesanías de Colombia. Sin embargo, a pesar del incremento paulatino de las ventas y de su trabajo constante y de calidad, el desempeño económico continuaba siendo muy débil, no evidenciándose un aumento de los ingresos. Por el contrario, un mayor volumen de producción implicó una mayor carga de trabajo para las artesanas que no se reflejaba en mayores ganancias y sí en un deterioro de su calidad de vida.
Esta situación se presentaba fundamentalmente porque las mujeres fijaban los precios de sus productos de manera apreciativa, sin considerar el valor del trabajo manual que realizan, que incluye técnicas y elementos de la cultura Inga, y sin un cálculo preciso de los costos de producción y de los costos de la dimensión comercial del negocio. Otra de las limitaciones era la baja visibilidad de la iniciativa y su débil articulación con otros mercados adicionales a los establecidos desde años atrás, fundamentalmente porque las mujeres habitan en resguardos indígenas retirados y de difícil acceso y conectividad. A ello se suma la cada vez mayor escasez de la materia prima de sus productos (semillas y fibras vegetales) debido a la deforestación que afecta al territorio.
Ante estas problemáticas el proyecto Mujeres que Transforman, previa identificación de las principales debilidades de Iuai Wasi y de su actividad productiva, implementó un conjunto de acciones encaminadas a acompañar la elaboración del modelo de negocio y el fortalecimiento de las capacidades socio empresariales de la asociación, que incluyó la revisión y ajuste del costeo de productos y la identificación de nuevos canales de mercados, así como la adopción de innovaciones tecnológicas como el uso de datafono y de factura electrónica. En el proceso de fortalecimiento Iuai Wasi: artesanas indígenas Inga posicionadas en el mercado dando justo valor a su trabajo 18 de capacidades, con el fin de facilitar a las mujeres un entorno habilitante para su desempeño como trabajadoras y como empresarias, también se abordaron temas como los roles de género, el uso del tiempo, la economía de cuidado y la toma de decisiones. Asimismo, Mujeres que Transforman apoyó a Iuai Wasi con el mejoramiento de su kiosco de venta y la construcción de otro nuevo, ambos en la carretera cercana al resguardo, para la exhibición de sus artesanías, y con acciones para velar por la preservación de la cultura Inga y la sostenibilidad de la actividad productiva, como la siembra de semillas de sirindango (planta sagrada), cascabel y chochos, que constituyen la materia prima de las artesanías.Una de las asociadas comenta que “el sirindango es nuestra planta sagrada y ahora hay muy poco. Ahora estamos sembrando en las chagras individuales de las mujeres, y también en una chagra colectiva”.
Con el acompañamiento del proyecto las mujeres de Iuai Wasi interiorizaron el costeo de sus productos, asignando valor al tiempo empleado y contabilizando todos los insumos utilizados y los gastos en que incurren en el proceso de venta. Una de las asociadas comenta “entendimos bien el tema de los costos y subimos los precios. Primero perdimos un cliente, pero no nos importó porque antes estábamos cobrando menos. Le mandamos videos de los talleres, y de las abuelas tejiendo, mostrándole que es un producto de excelente calidad, y luego este mismo cliente volvió porque reconoció la calidad de nuestros productos y renegociamos los precios”. Este aprendizaje también ha sido puesto en práctica recientemente en las negociaciones con una agencia de turismo local interesada en llevar visitantes al kiosco de Iuai Wasi.
Al respecto, la representante legal de la asociación menciona, “me hicieron la oferta de que vengan 15 o 20 personas, cada 8 días o cada 15 días, para vender almuerzos y artesanías. Estamos sacando los costos de los almuerzos y en asamblea se va a decidir”. Esto, además, les significaría diversificar y ampliar su actividad a nivel local, gracias a la visibilidad y comodidad que les permite el kiosco remodelado.
Las mujeres también adquirieron nuevas habilidades comerciales como tomar fotografías de sus productos, diseñar portafolios y manejar redes sociales para tener canales de venta alternativos y mayor visibilidad. También continúan exhibiendo sus productos en ferias nacionales e internacionales; en 2023 participaron en Expoartesano y Expoartesanías, en Medellín y Bogotá respectivamente.
Dado el tipo de materias primas que utilizan para sus artesanías, Iuai Wasi enfrenta la dificultad para comercializar sus productos fuera de Colombia, por lo que están tratando de obtener la licencia de exportación por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), entidad encargada de la prevención de riesgos sanitarios y fitosanitarios en el país. Mientras tanto, y de manera temporal, han optado por elaborar algunos productos con materiales sintéticos para cumplir con la demanda de pedidos del exterior.
Las integrantes de Iuai Wasi han dado un gran paso en términos de apropiarse de su negocio, aumentando el margen de ganancia y consolidando su medio de vida, a la vez que ponen en valor y preservan los saberes y prácticas ancestrales que antes “eran solo para uso personal. Ahora nos conocen, y así no nos caemos como cultura. Es como un refuerzo para nosotras seguir adelante”.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación integrado por la Unión Europea, 21 de sus Estados Miembros, Reino Unido y Chile, creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 proyectos mediante los cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La inversión total del Fondo es de 130 millones de euros y su cobertura geográfica abarca 26 departamentos y 181 municipios del país.