Las desigualdades de género en el ámbito económico productivo rural se reflejan principalmente en la dificultad de las mujeres para acceder a la tierra, a los recursos productivos y financieros, y al mercado laboral formal. En Putumayo las mujeres rurales, en su mayoría, no tienen tierra y presentan escasas posibilidades de acceso a crédito, equipos e infraestructuras, todos ellos activos determinantes para la agregación de valor y la rentabilidad de las iniciativas productivas. El proyecto Mujeres que transforman, financiado por el Fondo Europeo para la Paz, contempla como uno de sus propósitos el empoderamiento económico de las mujeres rurales, y con esta finalidad pone a disposición de las organizaciones de mujeres beneficiarias un capital semilla en forma de insumos productivos, equipamiento básico y adecuación de infraestructuras, fundamentalmente, con el fin de fortalecer sus actividades económicas.
Una de las organizaciones apoyadas es la Asociación Campesina de la Vereda El Mesón (ASCAVEM), del municipio de Mocoa, conformada por 32 mujeres y 4 hombres, que le han apostado a la porcicultura. Recibieron el material necesario para el mejoramiento de dos instalaciones pecuarias, y posteriormente se les hizo entrega del pie de cría (170 cerdos de 20 kg en promedio, entre abril y julio de 2021), acompañado de concentrados alimenticios e insumos veterinarios. Para asegurar el buen desarrollo de la producción y fortalecer el proceso de aprendizaje de las beneficiarias, el proyecto proporcionó apoyo técnico, fundamentalmente en aspectos veterinarios y de manejo de la producción, logrando obtener el Registro Sanitario de Predio Pecuario (RSPP) otorgado por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
En noviembre de 2021 se cumplió el primer ciclo de producción y se vendieron en total 164 cerdos, dejando 4 animales para reproductores. Con las ganancias las integrantes de la organización decidieron en un inicio mejorar las instalaciones y comprar nuevos pies de cría, pero esto último no pudo llevarse a cabo porque al momento de realizar la compra, no había pie de cría en el mercado mocoano. Entonces decidieron invertir en 2.000 pollos de engorde para continuar con la generación de ingresos para sus familias y comunidad. Durante este nuevo ciclo no previsto el proyecto también las acompañó con asistencia técnica, planificando con ellas la próxima compra de pies de cría porcinos para el primer trimestre de 2022.
“Nosotras estamos muy contentas con todo lo que hemos conseguido. Antes no teníamos mucho, a veces ni para comprar una libra de arroz y dar de comer a nuestros hijos. Ahora con este proyecto todas trabajamos, tenemos nuestro salario que, aunque no es muchísimo, pues nos da una seguridad y una autonomía. Llevar nuestro propio dinero a la casa nos pone muy contentas” asegura la representante legal de la asociación. Esa nueva fuente de ingresos sin duda ha supuesto un fortalecimiento de la autoestima de las mujeres de ASCAVEM, y la resiliencia frente a las dificultades encontradas evidencia que están decididas a hacer de este cambio una situación perdurable.
La iniciativa ha repercutido favorablemente en el uso del tiempo de las mujeres pues, con la incorporación de innovaciones sencillas, como bebederos y dispensadores de alimento, se ha visto reducido el tiempo que tienen que invertir en la explotación, no suponiendo para ellas una sobrecarga de trabajo a su ya intensa jornada. Otro de los cambios producidos es la ruptura de estereotipos de género y la incursión de las mujeres en ámbitos tradicionalmente masculinos: los hombres eran quienes habitualmente se encargaban de las tareas pecuarias.
“De las cosas más buenas, fue que aprendimos cómo vacunarlos. Eso antes no lo hacíamos, nosotras nunca habíamos agarrado una aguja para inyectar a un marrano y ahora ya lo hacemos solitas y seguras porque sabemos. No se imagina lo contenta que nos pone vernos en esas. Con lo que aprendimos de comercialización también hemos avanzado mucho, porque ahora mientras unas están buscando los clientes y hablando con ellos, otras están cuidando y preparando a los animales, entonces nos rinde más.” explica la representante legal de ASCAVEM.
La mejora de las capacidades para el buen manejo de las instalaciones, la adopción de buenas prácticas técnico-productivas (en particular, la alimentación de los animales), el cuidado de los aspectos sanitarios y normativos, las habilidades para la comercialización y el fortalecimiento organizacional, han supuesto un cambio significativo en el papel de las mujeres de ASCAVEM como productoras; pero también ha tenido una incidencia significativa en mejorar su posición y relacionamiento dentro de la comunidad y al interior de la familia.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 3 del Fondo Europeo para la Paz: Inclusión poblacional: jóvenes, mujeres y grupos étnicos, fue publicada en el XII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (octubre – diciembre de 2021), y refleja algunos de los logros del proyecto Mujeres que Transforman, ejecutado por el ICCO Conexión, en consorcio con la Alianza departamental de mujeres Tejedoras de Vida de Putumayo, la Gobernación de Putumayo, y las Alcaldías de Mocoa, Orito, Puerto Asís, Puerto Caicedo, Puerto Guzmán y Valle del Guamuez. El texto está basado en documentación facilitada por ICCO Conexión y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 147 municipios del país.