Con el fin último de mejorar la posición de los pequeños productores en las cadenas agroalimentarias, el proyecto Rural Paz contempló entre sus líneas de trabajo el fortalecimiento de los procesos productivos, de postcosecha y comercialización para acceder a mejores mercados y lograr mayores precios. En el caso del municipio de Policarpa, situado en la Cordillera Occidental al norte del departamento de Nariño, se identificó el café como el cultivo con mayor potencial, adoptándose una estrategia enfocada a la producción de cafés especiales. La iniciativa estuvo focalizada en la Asociación de Productores ‘Nuevos Horizontes’, creada 17 años atrás, que actualmente cuenta con 146 socias y socios activos pertenecientes a dos corregimientos del municipio.
A pesar de que la mayoría de sus integrantes tienen el café como principal cultivo, la Asociación se limitaba a prestar algunos servicios puntuales, como tramitar bonos de la Federación Nacional de Cafeteros. Tradicionalmente la producción se ha comercializado como café corriente, vendiéndolo de manera individual a intermediarios de la zona, quienes fijan precios que los productores y productoras aceptan ante la necesidad de liquidez para cubrir gastos.
En este contexto, el proyecto llevó a cabo un conjunto de acciones orientadas a mejorar prácticas agrícolas en el manejo del cultivo en finca y en el beneficio del café. Estas acciones se reforzaron con inversiones estratégicas que contaron con la participación de la comunidad: un laboratorio de control de calidad cuyo responsable es un miembro de la Asociación con formación y experiencia previa en cata de café; doce laboratorios de biofertilizantes a cargo de doce grupos veredales; y, 69 sistemas de secado solar para igual número de familias productoras. A lo anterior se sumó el apoyo a la Asociación para vincularse con una primera empresa exportadora, definir la hoja de ruta de la comercialización colectiva, y acompañar el primer ejercicio de comercialización, incluyendo un préstamo como fondo para comprar el café a los socios y socias.
Las repercusiones de la iniciativa ya se han dejado sentir en diferentes ámbitos. Se reconocen cambios en las prácticas agrícolas, como el uso de biofertilizantes foliares y el control biológico de plagas, y mayor esmero en las labores de postcosecha, en especial el secado. Los resultados se reflejan en la productividad, pasando de un promedio de 500 gr por planta, a 700 gr e incluso 800 gr en algunos casos, y también en la calidad del café, produciéndose café pergamino seco con perfiles de taza superiores a 80 puntos.
Todo ello ha posibilitado que 73 productores y productoras comercialicen de manera colectiva durante los meses de mayo a octubre, más de 25 toneladas de café, de las cuales el 82% (20,6 toneladas) fue café especial, superando la meta de 60% establecida por el proyecto.
Este café especial fue vendido a tres empresas exportadoras, la mayor parte en la primera cosecha de mayo y junio (la ‘cosecha grande’) comercializándose 15,7 toneladas a precios entre $9.500/kg y $11.300/Kg, lo que supuso un incremento del 26% al 50% respecto al precio del café corriente ($7.500/Kg), “yo me siento orgulloso porque el territorio es proclive a los cultivos ilícitos, y se ha ayudado a tomar conciencia de que con los cafés especiales se puede vivir dignamente”. En los meses de julio a octubre además de café especial, la Asociación comercializó cerca de 2 toneladas de café corriente y 2,6 toneladas de tipos inferiores (pasilla, bola).
Para quienes integran la Asociación, además de los incuestionables beneficios económicos de una producción de calidad y de la comercialización colectiva y sin intermediarios, hay otros efectos con igual o mayor importancia, que contribuyen a la sostenibilidad de lo logrado en la campaña 2020, y tienen que ver con su empoderamiento en la cadena de valor del café.
En primer lugar, la autoafirmación de la Asociación de Productores ‘Nuevos Horizontes’. Se ha contribuido a que, tras 17 años de vida, encuentre su razón de ser, estableciendo su dinámica en torno a la producción y comercialización de café de calidad, “a pesar de llamarse Nuevos Horizontes la asociación no tenía un horizonte claro a donde ir y el proyecto le ha dado una identidad a la asociación; ahora tiene la meta de que el café del municipio se conozca a nivel nacional e internacional”.
La Asociación ya se ha registrado en la Cámara de Comercio dentro del rubro de productores de café, y trabaja para rentabilizar las ventajas de la comercialización colectiva para sus socias y socios, incluso para quienes comercializan de manera individual, pues se ha evidenciado un efecto regulador del mercado (la compra de café por parte de la Asociación a precios justos ha obligado a los intermediarios a subir el precio).
En este escenario juega un papel clave el laboratorio de control de calidad, pues gracias a él pueden conocer las características del café y saber cuál es el precio justo. La incursión exitosa en el mercado les ha proporcionado vínculos directos con cinco empresas comercializadoras de cafés de distintas calidades, de forma tal que las últimas ventas han sido gestionadas por la Asociación de manera autónoma, y ya están recibiendo manifestaciones de interés para la próxima cosecha.
Conscientes de la debilidad que supone no disponer de un fondo propio de respaldo a la comercialización colectiva, están creando un capital semilla con el reembolso del 25% del valor de los secaderos solares por parte de las familias beneficiarias. A la fecha ya cuentan con más de 9 millones de pesos, prevén recaudar algo más de 20 millones y con ello poner en marcha distintas estrategias para capitalizarse.
La autoafirmación también se ha dado en las propias productoras y productores al tomar conciencia del tipo de café que pueden poner en el mercado. Conocen qué es un café especial, qué elementos influyen en la calidad, quiénes son los potenciales compradores y cuál es el precio que puede alcanzar. “En la zona hay lotecitos pequeños de variedades más cotizadas, pero nadie sabía que ese café valía más. Los que lo tenían lo vendían a los intermediarios como café corriente. (…) Una ya sabe a qué precio hay que venderlo, no como antes, ahora sabemos que, si el café tiene tal factor, vale tanto”. Sin dejar de lado el peso que los distintos componentes del acompañamiento del proyecto tienen en la calidad del café, en especial la mejora del proceso de secado, emerge de nuevo la importancia del laboratorio de cata para conocer las características del café y así posicionarse mejor ante los compradores. Además, saber que su café se ha comercializado en Japón y Corea como café de Policarpa, ha reforzado la autoestima colectiva como productores de café, pues lo habitual ha sido vender el café a los intermediarios, perdiéndose su origen, “Policarpa es productor de hartísimo café, y si va a las estadísticas no hay nada de Policarpa. Lo vendíamos a intermediarios de La Unión y de Taminango, y aparecía como café de esos lugares, Policarpa no aparecía por ninguna parte”.
En definitiva, se ha logrado estimular el interés por la producción de café especial, existiendo incluso un número importante de familias que están previendo introducir innovaciones en la producción, comenzando a trabajar con varietales que mejoran el perfil de taza, lo que supone un mejor precio.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 4 del Fondo Europeo para la Paz: Productividad sostenible e incluyente, fue publicada en el VII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (julio – octubre 2020), y refleja algunos de los logros del proyecto Rural Paz, ejecutado por Conexión ICCO en consorcio con CETEC y otros socios. El texto está basado en documentación facilitada por Conexión ICCO y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 147 municipios del país.