El acceso al servicio de agua y saneamiento básico en las comunidades rurales del departamento de Nariño es muy deficiente, siendo ésta una problemática identificada como de prioritaria atención en las políticas públicas de desarrollo departamental. En este contexto, el Fondo Europeo para la Paz se alinea con las prioridades de la región y, a través del proyecto PDT Nariño, busca mejorar el acceso y la calidad del agua para el consumo humano en dicho departamento, en particular en las comunidades del municipio de Tumaco. Para ello, en primera instancia, el proyecto realizó el diagnóstico SIASAR (Sistema de Información de Agua y Saneamiento Rural) que permitió contar con la línea de base de 164 comunidades rurales, lo que representa más de 34.000 personas.
Este diagnóstico ha tenido doble utilidad, por un lado, ha permitido conocer la situación del municipio en términos de acceso al agua y condiciones de salubridad, como punto de partida de la intervención, y por otro, constituye un importante instrumento para la planificación territorial que se ha puesto a disposición de las entidades con competencias en la materia, contribuyendo así al mejor desempeño de la institucionalidad local.
“De los 11 municipios de nuestra subregión, Tumaco es el único que cuenta con tal diagnóstico SIASAR en su forma completa y pública. Contar con ese diagnóstico permite en particular, aterrizar el Plan Departamental de Agua y Saneamiento de Nariño a la realidad territorial.” explica el funcionario enlace para vivienda rural, agua potable y saneamiento básico de la Agencia de Renovación del Territorio (ART) – Regional Pacifico y Frontera Nariñense.
Como parte del proceso impulsado por el PDT Nariño se acompañó la estructuración y puesta en funcionamiento de la Mesa de Agua y Saneamiento de Tumaco (MAST), conformada por entidades públicas de orden nacional, como el Viceministerio de Agua y Saneamiento Básico; entidades de nivel departamental, como Corponariño y el Instituto Departamental de Salud, y entidades públicas municipales, como Aguas de Tumaco, alcaldías y organizaciones de la cooperación internacional. Este espacio de concertación ha permitido unir esfuerzos y fortalecer las capacidades de la institucionalidad en materia de formulación de proyectos complementarios en el sector, tal como menciona el enlace de la ART Regional Pacifico y Frontera Nariñense: “Ahora con la MAST, cada institución, a partir de su misionalidad, puede aportar y articularse para jalonar los proyectos, o invitar la asesoría técnica que se requiere. Hoy las intervenciones se hacen de forma más organizada, son más eficientes y el impacto es más fuerte”.
A la fecha, se han construido dos acueductos, uno en la vereda Ángel María Caldas Torres Alcúan y el otro en la vereda Vayanviendo, que benefician a un total de 344 personas. Con ello se incrementó la cobertura del servicio de acueducto en la zona rural del municipio de Tumaco del 6,84% al 8,37%, empezando a evidenciarse ya los primeros efectos de estas intervenciones en la población beneficiada. Así, las primeras estimaciones indican que en niñas y niños menores de 5 años se redujeron en un 85% las enfermedades diarreicas vinculadas a la contaminación y mala calidad del agua.
“Antes el agua se recogía en los caños y era contaminada, teníamos muchos problemas de estómago. Con el acueducto, los niños, no solo de mi familia sino, de toda la comunidad, ya no tienen problemas de estómago”, comenta la presidenta de la Junta Agua Clara del Alcúan.
Tradicionalmente en las comunidades rurales las mujeres y las niñas son las responsables del abastecimiento de agua para sus familias, por ello fueron interlocutoras clave a la hora de definir cuestiones relacionadas con la practicidad de los acueductos implementados, en especial en su tramo final (acceso desde las viviendas).
Asimismo, el proyecto se apoyó en esa estructura social para constituir bajo liderazgo femenino las dos Juntas de Agua comunitarias, las cuales recibieron capacitaciones sobre aspectos técnicos y organizacionales, con el fin de propiciar una eficiente autogestión del recurso agua, que ya está constatándose. En el caso de Ángel María Caldas Torres Alcúan, la iniciativa de la Junta permitió solucionar un problema de disminución del caudal de agua vinculado a la estacionalidad, evitando que se vieran perjudicadas más de 120 familias.
“En la vereda hay un verano y baja el nivel de agua en el acueducto. Entonces dentro de la Junta de Agua y convocando a toda la comunidad en reuniones, hemos tomado la decisión de no dejar la bomba funcionar todo el día, sino solamente algunas horas, y también decidimos cómo íbamos a repartir el agua entre las familias para que todos tengan lo necesario”, precisa la presidenta de la Junta Agua Clara del Alcúan.
Otro de los efectos tempranos a destacar de los acueductos construidos es que las comunidades han reducido considerablemente el precio del agua que consumen. Gracias al acueducto, cuando antes pagaban en promedio 20.000 COP semanales para abastecerse, ahora el costo se redujo a la cuota mensual que pagan a la Junta de Agua, de aproximadamente 10.000 COP mensual por casa, dependiendo del número de usuarios en la respectiva comunidad. Vale decir que con esta cuota se asume el salario de la persona encargada del mantenimiento de la infraestructura y eventuales.
Podemos concluir que el proceso desarrollado por el PDT Nariño para mejorar el servicio de abastecimiento de agua en el distrito de Tumaco, ha repercutido en el fortalecimiento de la institucionalidad local con competencias en el sector, ha supuesto un importante beneficio para las familias de las dos veredas mencionadas, y existen condiciones favorables para que los primeros efectos positivos generados se mantengan en el tiempo. Ahora el agua es más accesible económicamente para las familias que el sistema con el que se abastecían anteriormente, y además se contemplan medidas oportunas para afrontar el mantenimiento de las infraestructuras y la gestión del recurso.
Reseña basada en información facilitada por el equipo del proyecto PDT Nariño, y en entrevistas a personas involucradas en las iniciativas puestas en marcha, de quienes se recogieron los testimonios que aparecen en cursiva.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 5 del Fondo Europeo para la Paz: Presencia legitimadora del Estado y gobernanza local, fue publicada en el XII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (octubre – diciembre de 2021), y refleja algunos de los logros del proyecto PDT Nariño, ejecutado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo AECID, en consorcio Red Adelco, la Gobernación de Nariño, y las Alcaldías de Ipiales, Pasto y Tumaco. El texto está basado en documentación facilitada por AECID y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 147 municipios del país.