El departamento de Caquetá presenta uno de los mayores índices de deforestación de la región amazónica, siendo la cuenca media del río Caguán una de las zonas más afectadas. Históricamente el uso productivo de este territorio lleva asociadas la tala y quema sistemática del bosque nativo para la siembra de cultivos de uso ilícito y posteriormente para la ganadería extensiva, sin tener en cuenta el detrimento del ecosistema que estas prácticas originan. Con la iniciativa Custodios de Semillas el proyecto Amazonía Joven Caquetá se propuso rescatar, cultivar y distribuir solidariamente semillas locales y nativas con el fin último de restaurar los bosques, fortalecer los sistemas agrícolas y silvícolas, y contribuir a la seguridad alimentaria de las comunidades.

Se conformaron tres nodos de semillas en los municipios de Puerto Rico y San Vicente del Caguán, que involucran a 190 campesinos (93 hombres y 57 mujeres, el 45% jóvenes) víctimas del conflicto armado y en su mayoría ex cultivadores de coca, quienes fueron formados para la identificación de semillas y su manejo con pautas agroecológicas, recibiendo insumos, herramientas y equipos básicos para el establecimiento de tres viveros comunitarios con una superficie aproximada de 1.500 metros cuadrados cada uno de ellos. La producción promedio en los 18 meses transcurridos desde su implementación ha sido de 5.000 plántulas de especies maderables (75%), frutales (15%) y forrajeras arbóreas (10%) en cada Custodio.

La experiencia ha generado una mayor conciencia en las familias que forman parte de los Custodios de Semillas sobre la importancia de cuidar todos los recursos que integran el bosque amazónico, “Uno como que se motiva y se agacha a mirar las planticas por el camino. ¿Qué plantica será esa?, ¿de qué árbol será? Uno mantiene esa motivación de ir a recolectar semillas para sembrar”. Esta nueva conciencia ambiental les ha llevado a compartir los aprendizajes adquiridos con sus vecinos y a socializar su experiencia en las asambleas comunitarias, sensibilizando sobre el deterioro del entorno natural y las consecuencias para sus vidas. En algunas comunidades se ha dinamizado el Comité Ambiental de la Junta de Acción Comunal, dando contenido a su misión de preservar el medio y motivando el involucramiento de las demás familias en esta tarea mediante la realización de trabajos comunitarios. “Esto [los Custodios de Semillas] es para beneficio de toda la comunidad y por qué no decir, del mundo entero porque de un arbolito ¿cuántas familias reciben oxígeno?”.

Más de 11.000 plántulas de especies maderables autóctonas cultivadas en los Custodios han sido trasplantadas por las familias involucradas y sus vecinos, repoblando fuentes hídricas (en torno al 50% de las plántulas), áreas boscosas deforestadas (un 30%), rastrojos, riberas de quebradas y caños, y linderos de potreros, creándose en algunos casos barreras contra vientos y corredores biológicos que recuperan zonas de paso de la fauna autóctona.

En promedio cada Custodio ha contribuido a reforestar unas 25 hectáreas con especies como ahumado (en vías de extinción), achapo, chocho, marfil o caimo negro[1], observándose ya una mayor diversidad de avifauna en la zona.

Asimismo, es significativa la contribución de los Custodios de Semillas a la explotación más racional y responsable de las fincas familiares, proveyéndolas de material vegetal para implementar arreglos silvopastoriles ambientalmente sostenibles, impulsados también por el proyecto. En concreto, la incorporación en torno a los potreros de franjas con especies arbóreas forrajeras como la morera o el botón de oro[2], combinadas con algunos maderables y frutales. Esto ha significado un cambio en el paisaje al pasar de potreros de grandes extensiones deforestadas a potreros parcelados con árboles en sus linderos que además aportan sombra y frescura al ganado, “esto era un moridero, era un peladero. Da gusto ir y ver que las familias del Custodio han aprovechado al máximo esta oportunidad”.

Anexo al vivero cada Custodio incluye un área de en torno a 1.000 metros cuadrados para la siembra y cultivo de algunas especies de pan coger (plátano, banano, yuca, maíz, ahuyama), frutales (cítricos, copoazú, chontaduro, guanábana…), hortalizas y plantas medicinales y aromáticas. El fin último, especialmente en el caso de las hortalizas, es seleccionar las semillas más adaptadas al medio amazónico, que luego son trasplantadas a las fincas de las familias, quienes reconocen que “se nos había olvidado producir nuestro propio alimento”, en buena medida derivado de la presencia de cultivos ilícitos. En el marco de la estrategia de seguridad alimentaria del proyecto, las familias han pasado a producir para el autoconsumo o el trueque comunitario alimentos que antes compraban o no consumían por no poder permitírselo.

En otro orden de cosas, el funcionamiento de los Custodios de Semillas, sustentado en el trabajo conjunto de las familias involucradas, ha contribuido a fortalecer lazos de confianza y cooperación entre sus integrantes y a fomentar cohesión en comunidades fragmentadas por las violencias vividas, “había vecinos con los que nos mirábamos, pero no sabíamos ni el nombre. Ahí aprendimos a reconocernos y a relacionarnos con las demás personas”. Estas redes sociales generadas en torno a los Custodios son el pilar de las iniciativas de sostenibilidad que algunos de ellos proyectan, ya sea para la autogestión mediante la venta en el entorno comunitario de plántulas de árboles para reforestación y de abonos orgánicos, pues ya se ha constatado que existe demanda, o bien incursionando en el mercado local como viveros con personería jurídica. En este último caso, la Corporación Manigua, implementadora del proyecto Amazonía Joven Caquetá, está facilitando los contactos con el SENA y con la Red Nacional de Custodios de Semillas para acompañar la iniciativa.

Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 4 del Fondo Europeo para la Paz: Productividad sostenible e incluyente, fue publicada en el VII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (julio – octubre 2020), y refleja algunos de los logros del proyecto Amazonía Joven Caquetá, ejecutado por Corpomanigua en consorcio con Acción cultural popular, ACPO, Vicariato Apostólico San Vicente del Caguán, Alcaldía San Vicente del Caguán (Caquetá), Alcaldía Puerto Rico (Caquetá), Alcaldía Cartagena del Chaira (Caquetá), y SENA Caquetá. El texto está basado en documentación facilitada por Corpomanigua y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores claves del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.

Sobre el Fondo Europeo para la Paz: El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 147 municipios del país.


[1] Ahumado (Minquartia guianensis), Achapo (Cedrelinga catenaeformis), Chocho (Osmosia sp.), Marfil (Simarouba amara) y Caimo (Pouteria sp.).

[2] Morera (Morus alba) y Botón de oro (Tithonia diversifolia).