Chocoamazonic surge en 2016 en el municipio de El Doncello, Caquetá, a raíz de un proyecto de sustitución de cultivos ilícitos que introdujo cacao en la zona. Algunas personas vinculadas a este proyecto, junto con el Comité de Cacaoteros de El Paujil y El Doncello (COMCAP), identificaron la necesidad de buscar alternativas para comercializar el grano, con el fin de estimular a las familias que habían apostado por el cultivo de cacao. En su búsqueda de apoyo institucional constataron que había más ayudas para las organizaciones de mujeres. En este contexto, se conformó un pequeño grupo de cinco mujeres que, previa capacitación del SENA en transformación de cacao y con sus propios fondos, empezaron a comprar grano pagando 500 COP por encima del precio estándar del kilo para incentivar la sustitución de la coca. Se legalizaron en 2017 y comenzaron trabajando de manera completamente artesanal, procesando unos 100 kg de cacao al mes, con una dedicación de 3 a 4 días por socia, recibiendo un jornal de 10.000 COP por día trabajado. Posteriormente el programa gubernamental Colombia Emprende les proporcionó algunos equipos básicos (molino, tostadora manual y conchadora) que permitieron mecanizar algunas tareas e incrementar en un 50% el volumen de cacao procesado mensualmente. Su primer producto fue chocolate de mesa en un acabado rústico (‘bolitas’), que vendían en Bogotá, Medellín y Neiva mediante alianzas con mujeres comerciantes, y también de manera directa en distintos municipios de Caquetá.
En 2019 pasaron a formar parte del proyecto Territorios Caqueteños Sostenibles para la Paz, del Fondo Europeo para la Paz, ampliándose la membresía de la asociación con mujeres de los municipios de El Paujil y La Montañita, siendo actualmente 15 socias. Con el apoyo del proyecto han logrado fortalecer aspectos organizativos, empresariales y, especialmente, técnico-productivos. El proyecto les proporcionó el acompañamiento presencial de un maestro chocolatero durante seis meses, una dotación de equipos más sofisticados y la construcción de una nueva planta de transformación, en un terreno cedido en comodato por la Alcaldía de El Paujil, cuyas instalaciones cumplen los requerimientos del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), obteniendo el respectivo registro en diciembre 2021. También recibieron apoyo para el diseño y elaboración de los primeros empaques de productos.
Las socias de Chocoamazonic consideran que ahora tienen la tecnología adecuada y el conocimiento necesario para cumplir con los parámetros que garantizan la calidad del producto, desde la compra del grano hasta la presentación final, señalando además que “el cambio con el apoyo de Territorios Caqueteños ha sido de 180 grados. Nos dieron un capital semilla y aumentaron las responsabilidades. Se da una cuenta de las exigencias y de que hay que cumplirlas si usted quiere vender, de los gastos de agua, de mantenimiento de la planta…. La responsabilidad es mayor, entonces hay que vender más”, en palabras de la representante legal de la asociación.
En la actualidad Chocoamazonic transforma 400 Kg de cacao al mes, lo que implica 15 días de trabajo constante de dos de sus integrantes, el apoyo de otras dos en los procesos que más mano de obra demandan, y la colaboración puntual de otras asociadas para labores de empacado cuando tienen pedidos grandes. No obstante, “cada integrante de la asociación apoya la iniciativa en función de sus habilidades y mejor conveniencia. Algunas prefieren la transformación, el trabajo en planta, y otras se sienten más cómodas en la comercialización”, señala la representante legal.
Han mejorado sustancialmente la calidad de sus productos y han diversificado la oferta que, hoy en día, incluye chocolate de mesa en cubos, barras de chocolate de diferentes porcentajes de cacao y sabores, cacao en polvo, manteca de cacao y bombones de frutas amazónicas bajo pedido. Con una rentabilidad del 30% en el ejercicio 2021, que supuso 15.000.000 COP, pudieron incrementar la remuneración de la tesorera y subir el valor del jornal en planta a 40.000 COP por día trabajado. Las asociadas enfocadas en la comercialización venden unas 100 bolsas de 250 gr de chocolate de mesa a la semana, algunas llegan incluso a las 140 bolsas, recibiendo una comisión de 1.000 COP por bolsa. Los beneficios también les están permitiendo realizar pequeñas inversiones en la planta, participar en eventos comerciales e incorporar mejoras en la presentación de los productos.
El progreso de Chocoamazonic transciende su propia actividad, habiendo logrado posicionarse como un actor relevante en la cadena de valor del cacao en Caquetá. Conscientes de la importancia de la calidad de la materia prima en el éxito de las ventas, han establecido incentivos de entre COP 600 y COP 900 por kg de cacao por encima del precio del mercado, en función de la calidad del grano. Con similar finalidad, asesoran a las productoras interesadas en mejorar las prácticas de postcosecha (que es donde se presentan mayores debilidades) y facilitan la articulación de sus proveedores con programas públicos de apoyo presentes en el departamento, para que logren obtener un grano con la calidad que ellas necesitan.
Asimismo, han establecido un encadenamiento con otra iniciativa de la zona, a cargo de la Asociación de Mujeres Productoras de Esencias de Paz (ASMUPROPAZ) quienes les proveen la esencia de albahaca para aromatizar una de las variedades de chocolate en barra, y ellas les venden manteca de cacao, ingrediente base de los cosméticos naturales que produce ASMUPROPAZ.
Hoy en día el capital de Chocoamazonic supera los 400.000.000 COP en equipos e infraestructura, pero a la par de ese crecimiento empresarial, se han producido cambios importantes a nivel personal en sus asociadas en términos de autoestima, cierta autonomía económica y posición al interior de la familia, como relata una de las fundadoras de la asociación: “No se gana plata en el oficio de casa… en la casa se trabaja, pero es lo que le da a una el esposo. Ahora trabajo y aporto, me siento capacitada, útil. Ahora él no se mete, al contrario, me dice: esos son sus ahorros, así que voy y compro lo que me hace falta”. Este testimonio se ve secundado por el de una integrante más joven, quien expresa: “Ya me siento con capacidad, si mi esposo se quiere ir que se vaya, así es que ahora se porta más juicioso”.
De manera general, las integrantes de la asociación, en especial aquellas que iniciaron su andadura seis años atrás, consideran que Chocoamazonic es un sueño cumplido. Pero no por ello dejan de seguir soñando, y a la par de los retos inherentes a la actividad empresarial, se plantean otros relacionados con ellas mismas, como la creación de un fondo de apoyo para cuando las de mayor edad se pensionen y la puesta en marcha de estrategias que incentiven el relevo generacional con sus hijas.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 3 del Fondo Europeo para la Paz: Inclusión poblacional: jóvenes, mujeres y grupos étnicos, fue publicada en el XIII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (enero – marzo de 2022), y refleja algunos de los logros del proyecto Territorios Caqueteños Sostenibles, ejecutado por el Instituto Marquês de Valle Flôr, en consorcio con Red Adelco. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en los párrafos en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 148 municipios del país.