Las tensiones políticas en Colombia han desencadenado una marcada y creciente polarización de la sociedad, que genera limitaciones a la libre expresión, al debate público y a la convivencia en toda la sociedad, incluida la infancia. Un docente de la zona rural antioqueña afirma que “los niños y las niñas que, desde Cocorná, Titiribí o Ituango vivieron la guerra, conocen la importancia del silencio”. Esta situación se alimenta de la desinformación y del desconocimiento del otro, especialmente de quienes habitan en la Colombia profunda, donde se ha concentrado la violencia y sus consecuencias negativas. Los espacios y opciones de diálogo y reflexión son escasos.
Tras la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno de Colombia y la extinta guerrilla FARC-EP, se evidencia la necesidad de masificar información de calidad sobre el proceso de paz y la implementación de los puntos recogidos en el Acuerdo. En este contexto surge el proyecto Colombia 2020, implementado por el periódico El Espectador que, entre otras muchas actividades como la organización de foros de alcance nacional y regional sobre temáticas en torno a la construcción de paz, se encargó de generar diversos contenidos pedagógicos con enfoque territorial, unos diseñados para niños y niñas, otros para adolescentes y otros para públicos masivos.
En el marco del proyecto se produjeron más de 370 editoriales periodísticas con difusión nacional, que incluyen reportajes y crónicas de los territorios. Para el público infantil se elaboraron dos colecciones de fábulas. Una denominada “La Aldea” que, a modo de espejo, recrea las actitudes y la cultura colombiana a través de historias de un grupo de animales habitantes de una aldea imaginaria, fomentando espacios de reflexión sobre lo que sucede en el país, a partir de las situaciones que allí ocurren. La segunda colección, denominada “¡De otra manera!”, cuyas fábulas abordan problemáticas como la corrupción, las elecciones, la migración, los problemas de la salud y la educación.
Adicionalmente, para el público adolescente se hizo la serie “Libros que cambian”, donde ocho escritores y escritoras crearon narraciones juveniles basándose en las historias de personas usuarias de las bibliotecas móviles instaladas por la Biblioteca Nacional de Colombia en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN), para mostrar la guerra y la transición hacia la paz. Finalmente, se hizo la serie de podcast “Voces desde el territorio” con setenta y tres episodios, que fue destacada por el diario británico The Guardian por “sacar a la luz historias de guerra no contadas”. La difusión de todos estos contenidos tuvo un alcance nacional y se estima que las fábulas fueron leídas por
más de dos millones de personas. “Voces del territorio” fue el podcast más escuchado de El Espectador, con más de 68 mil descargas y se estima que más de 90 mil personas leyeron los editoriales.
Las colecciones La Aldea y ¡De otra manera! tuvieron gran acogida en la comunidad educativa, especialmente entre los y las docentes de las áreas rurales, quienes las utilizaron, y las siguen utilizando, como material pedagógico en clase. En diferentes territorios como Antioquia, Casanare y Norte de Santander, y también en ciudades como Bogotá, las fábulas se convirtieron en una herramienta para la práctica pedagógica que fomenta habilidades como la capacidad de escucha y la lectura crítica, a la vez que permite reflexionar e informar sobre el conflicto y sus repercusiones en nuestra sociedad.
Uno de estos docentes comenta “con las fábulas he trabajado con los niños y las niñas temas complicados como la corrupción y la violencia, con una metodología sencilla. A través de la comprensión y los debates se puede pasar de un discurso primario a uno más complejo, porque los cuentos rastrean los problemas de la realidad de país y los estudiantes saben más de lo que uno piensa sobre cuestiones como el desplazamiento o la migración, porque lo han vivido (…)”.
Los y las estudiantes se apropiaron de los contenidos de las fábulas de distintas formas, pues no solamente fueron leídas y debatidas sino que, sumadas a la creatividad de los equipos docentes, desencadenaron distintas actividades como obras de teatro, murales y títeres. También surgieron ejercicios de lectura compartida donde los niños y niñas leen las fábulas a sus familias, e incluso en algunos casos se trasmitieron las fábulas a través de las radios comunitarias, llegando a toda la comunidad.
Sobre la enorme receptividad generada un docente comenta que “llegó el punto en que los niños se sabían de memoria el cuento”; los docentes por su parte, crearon una comunidad virtual para intercambiar experiencias e iniciativas para usar de distintas formas el material. Las fábulas son divertidas y funcionan como una herramienta potente para facilitar procesos de reflexión sobre el conflicto, pues “El niño encuentra un sitio seguro donde puede hacer las preguntas que no puede hacer en otro lado. Es decir, sueltan las verdaderas preguntas que tienen”.
Los contenidos elaborados en el marco de Colombia 2020 se conservan y usan de distintas formas. Las fábulas continúan utilizándose en algunos colegios como material pedagógico para las asignaturas de ética, ciencias sociales y ciencias naturales, en otros están a disposición de niños y niñas para su lectura. Los podcast han seguido produciéndose, incrementándose el número de episodios, y se siguen escuchando en las plataformas digitales; para el año 2023 la serie registró un acumulado de 132.000 descargas.
Adicionalmente, en reconocimiento a la calidad de los materiales elaborados, la Biblioteca Nacional de Colombia incluyó los productos elaborados en la colección digital de paz, lo que significa que este material hace parte del patrimonio bibliográfico y documental del país y son preservados por la entidad gubernamental que tiene la misionalidad de ponerlos a disposición de la ciudadanía colombiana para la consulta de las generaciones presentes y futuras.
Finalmente, cabe mencionar que Colombia 2020 significó una incubadora de materiales pedagógicos para niños y niñas sobre la construcción de paz en el país. Finalizado el proyecto, El Espectador ha mantenido de forma permanente el micrositio en su portal web (que migró de Colombia 2020 a Colombia+20), y la agencia Click Clack (antes Click Arte), que elaboró las fábulas, se especializó en la producción de este tipo de contenidos pedagógicos, elaborando materiales para diferentes agencias de Naciones Unidas como UNICEF y PNUD.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 1 del Fondo Europeo para la Paz: Reconciliación y disminución del conflicto, fue publicada en el XX Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (corte a diciembre de 2023), y refleja algunos de los logros del proyecto Colombia 2020, ejecutado por periódico El Espectador y su socio la agencia Click Clack. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a rectores y docentes de establecimientos educativos usuarios de las colecciones de fábulas elaboradas, cuyos testimonios se recogen en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 181 municipios del país.