Uno de los retos de los Antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (AETCR), es contar con las condiciones que posibiliten el adecuado desarrollo de las iniciativas económicas de la población firmante de paz. En el caso de las iniciativas agrícolas y pecuarias un requerimiento indispensable es el acceso al agua, especialmente en zonas de clima seco. El AETCR de Tierra Grata, en el departamento de Cesar, se asienta en un ecosistema de bosque seco tropical, con un periodo de sequía importante, entre diciembre y abril, lo cual comprometía la viabilidad de la iniciativa de cría de ganado bovino emprendida por la Asociación de Pequeños Ganaderos de Tierra Grata (ASOPEGAN). El suministro de agua llegaba por carrotanque a la zona de viviendas del AETCR y era necesario llevarla hasta la finca, afectando su disponibilidad para la comunidad firmante, o bien sacar el ganado a otros lugares en tiempos de sequía. Durante los dos primeros años de trayectoria de la iniciativa no tener acceso directo al agua supuso pérdida de reses y disminución de la producción (bajo peso).
Ante esta realidad, el proyecto Integración para la reconciliación, implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), impulsó soluciones comunitarias de acceso al agua, a través de la construcción de una red de conducción de agua no potable por gravedad de 8.8 km de manguera, un tanque de almacenamiento de agua profunda, un desarenador y un sistema de riego por aspersión, beneficiándose de ello diferentes iniciativas productivas, agrícolas y no agrícolas del AETCR, entre ellas la de ganadería de doble propósito a cargo de ASOPEGAN. Además del acceso al agua, el proyecto facilitó capacitaciones técnicas sobre nutrición animal, registros, sistema de pastoreo, manejo de equipos y herramientas y buenas prácticas ganaderas y de ordeño.
Con la llegada del agua a la finca, ASOPEGAN adecuó un área de 100 hectáreas para mejorar la producción ganadera que había iniciado dos años atrás con la compra de treinta novillas y un toro, gracias a la asignación única de normalización (2.000.000 COP) otorgada por el Gobierno a cada firmante de paz para iniciar su proceso de reincorporación a la vida civil.
Su modelo de negocio se ha centrado en mantener las hembras como reproductoras y la cría y levante de los machos para su venta. Tras el acceso al agua, la asociación inició la implementación de un modelo silvopastoril en un área de 40 ha con cinco potreros en los que rotan las 55 cabezas con que cuentan actualmente, optimizando el uso y gestión del agua y de los recursos medioambientales, ya que para las cercas y zonas de sombra de los potreros se ha aprovechado la arborización existente en el predio. Cuentan asimismo con un área de 1.5 ha para pasto de corte. En la asociación se considera que “la iniciativa mejoró un 100 % porque para nosotros lo fundamental era el agua”. El negocio ha experimentado un proceso de crecimiento en el que también han influido otros factores como el buen aprovechamiento del apoyo facilitado por otras entidades de cooperación, mediante el cual se han fortalecido, por ejemplo, los aspectos socio empresariales de la asociación (cooperación canadiense), el manejo del ganado (SENA) y el manejo medioambiental de la finca (AGROSAVIA).
En los cuatro años transcurridos desde la puesta en marcha de la iniciativa, la asociación ha logrado un máximo de setenta cabezas, habiendo vendido en los últimos dos años cuatro lotes de machos. Las ganancias se han reinvertido en la adquisición del predio, que inicialmente estaba en régimen de arriendo, con el consiguiente incremento patrimonial para los socios y socias, el sostenimiento de la finca (cercas, conducción de agua, insumos, etc.) y el empleo a tiempo completo de un firmante de paz que se encarga del cuidado de la ganadería, además del reparto de beneficios entre las y los asociados. En palabras de uno de ellos, “se ha logrado mantener la unidad de los firmantes que integran la asociación y se está beneficiando a sus familias, que suponen unas setenta personas”.
Actualmente ASOPEGAN está renovando algunos tramos de la manguera de conducción de agua y acondicionando el desarenador, y se proyecta para continuar creciendo con la incorporación de catorce novillas productoras de leche en el marco de un proyecto de la Gobernación de Cesar, y con esto seguir trabajando para alcanzar la sostenibilidad económica que posibilite la creación de al menos dos empleos a tiempo completo más (administración y manejo del ordeño).
El acceso al agua en Tierra Grata también benefició otras iniciativas no agrícolas como, por ejemplo, la fabricación de ladrillos, que pudo empezar a producir por encargo para clientes externos al AETCR. A modo de ejemplo, durante lo corrido del año 2023 esta iniciativa ha facturado $21’000.000 en bloques (tipo H10).
Uno de los líderes de la comunidad firmante de paz comenta que “ser productivo en Tierra Grata requería agua. No se podía ser productivo con dos carrotanques diarios. El problema no eran ideas, sino el dinero para crear la infraestructura básica y en esto apoyó el proyecto”. En definitiva, el acceso al agua ha sido un hito clave y un factor de éxito para las iniciativas productivas de los firmantes, logrando su inserción en nichos de negocio rentables y generando ingresos y empleos en Tierra Grata.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 2 del Fondo Europeo para la Paz: Reincorporación de exintegrantes de las FARC-EP a la vida civil en lo económico y lo social, fue publicada en el XVIII Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (abril – junio de 2023), y refleja algunos de los logros del proyecto Integración para la Reconciliación, ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en consorcio con la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN). El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 181 municipios del país.