La Ley de Víctimas 1448 de 2011 reconoce el derecho de las víctimas del conflicto a participar en espacios de diseño, implementación y evaluación de políticas públicas de nivel nacional, departamental, municipal y distrital, mediante la conformación de Mesas de Participación Efectiva de Víctimas (MPEV). Pero el funcionamiento de estas estructuras es con frecuencia mejorable. En particular, en los municipios de Ipiales, Pasto y Tumaco, las Mesas estaban fragmentadas y con una débil legitimidad, contribuyendo a ello la escasa apropiación comunitaria e institucional de sus planes de trabajo, y las demoras en su aprobación formal por parte de las respectivas Alcaldías, con el consiguiente perjuicio en términos de implementación (parcial) y recursos (limitados).
En este contexto, a partir de 2020 el proyecto PDT Nariño puso en marcha una estrategia de fortalecimiento de capacidades organizacionales de las tres Mesas Municipales mencionadas y de la Mesa Departamental de Nariño, incluyendo el acompañamiento técnico para la elaboración participativa de sus planes de trabajo, y para la incidencia de cara a la asignación de recursos públicos para su implementación. Adicionalmente, se dotó a las cuatro Mesas de material informático y, junto con la secretaría de Paz y Derechos Humanos de la Gobernación de Nariño, se apoyó un proceso de formación denominado Escuela de Liderazgo y Construcción de Paz (ESLAPAZ). En esta iniciativa participaron 62 personas que fortalecieron sus conocimientos sobre temáticas previamente definidas por las propias MPEV, tales como convivencia y reconciliación, funcionamiento de las curules de paz, construcción de liderazgos, formulación de proyectos y normatividad vinculada a los derechos y a la participación política de grupos de víctimas. Uno de los primeros efectos de este proceso de acompañamiento es que, en un ejercicio consciente de sus derechos, diversos grupos de víctimas están accediendo a programas sociales.
“Gracias a la Escuela, se nos dio a conocer nuestros derechos como líderes sociales y para nuestra comunidad víctima. Nosotros solicitamos jornadas, en este caso en la parte de discapacidad, hemos tenido jornadas para certificación para los que están en una zona roja de Ipiales”, explica un representante de la MPEV de Ipiales.
En Tumaco, la formación sobre el funcionamiento de las curules de paz facilitó a la MPEV de ese municipio las herramientas y conocimientos necesarios sobre el proceso electoral de las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz a la MPEV municipal, lo que propició la elección de un Curul de Paz perteneciente a la comunidad de víctimas tumaqueña. Adicional a lo anterior, señalar que, por propia iniciativa de la Gobernación de Nariño, la experiencia de ESLAPAZ se está replicando con las MPEV de otros siete municipios nariñenses, como lo comenta la Secretaria de Paz y de Derechos Humanos de la Gobernación de Nariño:
“La creación de esta formación ha dado como un impulso para que ellos [los y las integrantes de las MPEV] puedan formular sus proyectos, para que las instituciones les pongan más atención y que técnicamente lleguen más aterrizados. Por eso, se divulgó el acceso a la escuela virtual a otras Mesas.”
En Ipiales se vio la necesidad de ampliar la caracterización socioeconómica de la población de víctimas, en particular en las zonas rurales del municipio, realizándose una encuesta a 600 víctimas, con el fin de identificar problemáticas concretas y priorizar las acciones a emprender. Los resultados fueron socializados en la Alcaldía de Ipiales y en la Red Nacional de Información de la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas. La MPEV de Ipiales se apropió de los resultados de este ejercicio para argumentar en espacios de incidencia política.
“Ahorita estamos utilizando los datos del diagnóstico para hacer un informe al Consejero Municipal de Ipiales para que conozca la situación. También se ha propuesto socializarlo con las demás Mesas, es muy importante porque se comparte información muy relevante para tomar decisiones”, explica un representante de la MPEV de Ipiales.
De manera general, en todas las MPEV apoyadas por el proyecto se evidencia un mejoramiento del diálogo entre comunidades de víctimas e institucionalidad pública, alineando los planes de trabajo de las Mesas con los planes de desarrollo municipales y departamental, lo que ha conllevado una aprobación más temprana de los planes de trabajo, mayor plazo para su implementación y acceso a mayores recursos. En concreto, antes de la intervención del proyecto los planes se aprobaban por lo general en el último trimestre del año, dejando solamente 2 a 3 meses para su implementación, y ahora se aprueban en el primer trimestre del año. Asimismo, y mediante la vinculación de actores públicos y comunidad internacional, se logró triplicar el presupuesto global anual asignado para la implementación de los planes de trabajo de las cuatro MPEV y optimizar su uso mediante, por ejemplo, la apertura de espacios de diálogo y articulación entre las cuatro MPEV, y entre ellas y las entidades públicas y de la cooperación internacional. Un ejemplo de ello es la financiación de proyectos productivos colectivos y de iniciativas socio culturales y de memoria histórica priorizadas en los planes de trabajo de las MPEV “Se ha logrado cosas buenas con la Secretaria de Educación [municipal]. Anualmente ahora se da un kit escolar (cuaderno, lapicero, libros, etc.) a los niños y niñas”, relata un representante de la MPEV de Pasto.
A través del empoderamiento para el ejercicio de sus derechos, de la dinamización del enfoque participativo en su funcionamiento, y del acercamiento entre las MPEV y la institucionalidad pública, los colectivos de víctimas están accediendo a mejores servicios públicos, a apoyo financiero y técnico asociado a sus propias prioridades, y a una mejor posición para la incidencia en las decisiones relativas a sus territorios.
Esta reseña de caso, que contribuye al Pilar 1 del Fondo Europeo para la Paz: Reconciliación y disminución del conflicto, fue publicada en el XV Informe de seguimiento del Fondo Europeo para la Paz (abril – junio de 2022), y refleja algunos de los logros del proyecto PDT Nariño, ejecutado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID, en consorcio con la Red de Agencias de Desarrollo Local – Red Adelco, la Gobernación de Nariño, y las Alcaldías de Pasto, Ipiales y Tumaco. El texto está basado en documentación facilitada por el proyecto y en entrevistas a miembros de su equipo y a actores clave del proceso, algunos de cuyos testimonios se recogen en cursiva.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
El Fondo Europeo para la Paz es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea creado para acompañar al gobierno colombiano en la implementación del Acuerdo de Paz, con énfasis en el Punto 1 de Desarrollo Rural Integral y Punto 3 en lo que concierne a la reincorporación de la población excombatiente de las FARC-EP a la vida civil. En el marco del Fondo se han puesto en marcha 31 intervenciones mediante las cuales se pretende contribuir a la reconciliación de la sociedad colombiana, a la reincorporación social y económica de excombatientes, a la equidad de género y la inclusión de sectores vulnerables de la población, al desarrollo rural sostenible e incluyente, y a la presencia legitimadora de Estado y la gobernanza local. La cobertura geográfica de las diferentes acciones del Fondo abarca 26 departamentos y 150 municipios del país.