A través de jornadas de capacitación para una alimentación saludable, los habitantes de Puerto Guzmán, Putumayo, saborean los productos típicos de su región mientras estrechan los lazos comunitarios y aprenden buenas prácticas de cultivo y consumo.
El Edén es uno de esos lugares que le hacen honor a su nombre. Al paisaje de esta vereda, ubicada en Puerto Guzmán, Putumayo, lo resalta la amabilidad y la alegría de sus habitantes. Muchos de ellos provenientes de diferentes lugares de Colombia, pero siempre con una sonrisa y un cálido saludo a cualquier visitante. Allí está la finca de Olga Rocío y Félix, su esposo, quienes dispusieron su casa como un punto de encuentro para reunirse con varios vecinos y recibir las jornadas de capacitación en alimentación saludable, producción limpia de alimentos para el autoconsumo y buenas prácticas agrícolas que lidera el proyecto Puerto Guzmán: resiliencia, estabilización y desarrollo, del Fondo Europeo para la Paz. Las clases de alimentación saludable, en particular, son todo un deleite, pues allí se aprende mientras saborean las preparaciones que lleva Elizabeth Leyton, la profesional en nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO, que los acompaña en este proceso.
¡Manos a la receta!
Para empezar, grandes y chicos corren a ponerse sus gorros, guantes y tapabocas para disponerse a escuchar la receta de hoy: cachama rellena con verduras, tacacho y ensalada dulce con frutas. Luego de desinfectar adecuadamente los utensilios de cocina… ¡manos a la obra! En equipo comienza a cocinarse un delicioso plato que, entre chistes, preguntas e historias, va uniendo a este grupo de campesinos que cada día le apuesta a mejorar su calidad de vida. Mientras unos preparan el aderezo saludable hecho con los productos de la huerta, en la cocina ya huele al picante del ají fresco y, más allá, en un horno de arcilla, se van cocinando las cachamas envueltas en hojas de plátano. ¡Qué delicia! La piña y el mango están pelados y picados para la ensalada. Los plátanos ya están majados y listos para formar los tacachos.
Y entonces, unas horas después llega la hora de comer y compartir. Ahora casi todo es silencio. El grupo está concentrado disfrutando cada bocado de este manjar hecho con sus manos, con alegría y cariño.
“¿Les gustó?”, pregunta Elizabeth. Todos asienten, se chupan los dedos y sonríen contentos. Además de aprender nuevas recetas, las clases son espacios para que se conozcan, trabajen en equipo, reconozcan sus capacidades y fortalezcan la confianza y la unión, valores que se han deteriorado en un contexto de conflicto e incertidumbre en una de las zonas más olvidadas de Colombia. “He tenido la visión de que las comunidades deben trabajar todas bien organizaditas, bien junticas, pensando en hacer las cosas en conjunto y este programa nos lo ha permitido”, relata don Félix, el dueño de la finca. “Me parece chévere porque uno por acá viene, se divierte y está aprendiendo muchas cosas”, comenta a su vez Olga Rocío.
Actualmente, el Componente de Alimentación Saludable involucra a 365 familias de 18 veredas (4 inspecciones) y estudiantes de tres instituciones educativas rurales con el objetivo de contribuir a la prevención y control de factores de riesgo relacionados con la diabetes, la hipertensión y la malnutrición. Sin duda, estas jornadas les han brindado nuevos conocimientos; pero más allá de eso, les ha dejado el sabor, la alegría y la amistad allí, en la selva amazónica, donde todavía late la esperanza.
Sobre el proyecto Puerto Guzmán: resiliencia, estabilización y desarrollo
El proyecto es financiado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo para la Paz, e implementado por FAO, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR, la Organización Panamericana de la Salud – OPS y Acción Contra el hambre, con apoyo de la Cruz Roja y Fundación Makikuna. Se enfoca en el fortalecimiento de la capacidad institucional en el municipio de Puerto Guzmán (Putumayo), y en incrementar la resiliencia de comunidades vulnerables afectadas por el conflicto, mediante la implementación de una estrategia de Desarrollo Rural Integral con enfoque de resiliencia, contribuyendo a la estabilización socioeconómica y a la construcción de Paz.
Sobre el Fondo Europeo para la Paz
Es un mecanismo de cooperación de la Unión Europea, que tiene entre sus objetivos apoyar a Colombia en el desarrollo rural integral de las zonas más afectadas por el conflicto y apoyar la reincorporación social y económica de las víctimas y de excombatientes, en el marco de la implementación del Acuerdo de Paz. Fue creado en diciembre de 2016 y cuenta con 121,6 millones de euros (más de 420 mil millones de pesos) para apoyar proyectos de Paz en 94 municipios de Colombia.