El Proyecto Amazonía Joven no sólo protege este valioso ecosistema, sino que estimula un desarrollo integral de los jóvenes para fundar una paz duradera y sostenible.
En las cuencas de los ríos Guaviare y Guayabero, en la Amazonía colombiana, Departamento del Guaviare, más de mil setecientos jóvenes y más de mil familias trabajan para crear nuevos modelos de desarrollo sostenible que impulsen la equidad social, la preservación del ecosistema y la paz territorial.
Estos jóvenes viven en territorios que fueron afectados por la violencia, pero hoy desarrollan una serie de actividades económicas sostenibles e inclusivas que buscan conservar el bioma amazónico, frenar la agricultura ilícita y promover la adaptación al cambio climático. Entre las iniciativas que llevan a cabo las familias que forman parte del proyecto, está la venta de servicios ambientales en granjas que dedican al menos el 20% de sus tierras a la conservación, en un área que supera las 1,800 hectáreas, incluyendo a 180 fincas y 3 viveros comunitarios.
Todas estas acciones cuentan con el financiamiento del Fondo Europeo para la Paz de Colombia y el apoyo de la Representación de FAO en ese país, en conjunto con Hilfswerk Internacional y Deispaz.
Amazonía Joven no sólo se ha centrado en el ámbito productivo, sino que está impulsando la cohesión social mediante actividades culturales, artísticas y deportivas, y el rescate del saber tradicional indígena, aspectos que –según Hivy Ortiz, Oficial Forestal de la FAO– son “claves para reducir la migración de los jóvenes a centros urbanos, ya que propician espacios que generan empleo, pero también crean ambientes sociales”, afirma.
Amazonía Joven también ha impulsado una ruta de caza, pesca y recolección, para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional del pueblo indígena Nukak, una de las últimas tribus nómadas de América.